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Peña el Águila, nieve hasta las rodillas.

Los últimos coletazos del temporal Gloria aun se sentían en toda España y aunque para el sábado no daban buen tiempo en la Sierra de Guadarrama, nosotros con un espíritu de aventura y mono de ruta decidimos aventurarnos en realizar una ruta.
Las Dehesas de Cercedilla fue el lugar elegido para realizar una ruta que originalmente pretendía subir hasta el Peña el Águila. Con buen criterio quedamos en el ayuntamiento y mientras desayunamos preparamos el plan a seguir.
Cogimos los coches y nos fuimos hasta las Dehesas de Cercedilla, desde aquel punto iniciaríamos nuestra ruta. La mañana estaba fresca y un fina capa de lluvia caía sobre nuestros ponchos. Bien equipados nos pusimos en marcha sabiendo que el Peña el Águila era misión imposible.
La foto de inicio de ruta no se hizo esperar. Todos teníamos en mente que en la ruta encontraríamos nieve, mucha nieve y que la climatología no estaría de nuestra parte.

    
Caminamos con cuidado por la carretera hasta que llegamos a la senda que nos llevaría hasta Collado Marichiva lugar donde decidiríamos el camino a seguir. El camino como pensábamos estaba completamente tapado por la nieve. Aunque los puntos rojos eran los que marcaban el itinerario a seguir nosotros nos fiábamos de las huellas que otros dejaron.
    

 La cantidad de nieve que había acumulada en el lugar era impresionante, una parada para tomar aire era la escusa ideal para disfrutar de la belleza del lugar. 
    

    

 
Caminamos por aquella senda que en ocasiones por la cantidad de nieve nos hacia dudar si seguíamos por el buen camino rumbo a nuestro primer destino. Nuestros ojos no podían resistirse a contemplar tanta belleza junta. Las ramas de los árboles estaban espectaculares con aquella imponente capa de nieve.
SIN NIEVE
CON NIEVE
Llegamos al Collado Marichiva, a mi me costo reconocerlo, pero la puerta metálica, la valla y la marca del GR-10



Era el momento de tomar decisiones. No lo dudamos, el camino a seguir era el GR-10 dirección a la Fuenfria. Era lo más lógico y fácil de ejecutar. La Carretera de la República estaba irreconocible, era un espectáculo.
Llegamos a la Fuenfria, era espectacular aunque se que aquel sitio lo he visto con más nieve solo podíamos exclamar. ¡Cuanta nieve!

Sacamos nuestra bandera y nos hicimos la famosa foto con ella y nos quedo tiempo para realizar alguna más innovadora.

Decidimos regresar a los coches, sin parar a comer. La calzada Romana era nuestra ruta. Claro, con tanta nieve las piedras del camino no se veían. Miráramos hacia donde miráramos el paisaje eras espectacular.
Nos quedaban fuerzas para disfrutar bajar casi deslizándonos. La bajada estaba siendo muy rápida.
Llegamos al Puente de Enmedio, no es broma, se llama así. Nos hicimos alguna que otra foto divertida y continuamos el camino. Las dehesas estaban muy cerca.
Llegamos a los coches, en las Dehesas. La ruta había sido preciosa. Creo que hoy no era el día de andar por las cumbres.
Celebramos nuestra ruta comiendo en un sitio abrigado. Ahora si podíamos decir :

TEJO MILENARIO


Un sábado más los chic@s de Abantos decidimos salir a pasear por la sierra. Esta vez la ruta que íbamos hacer arrancaría desde un punto entre el Puerto de Cotos y Rascafria. Este ultimo enclave fue el elegido para desayunar. Desayunamos en restaurante El Pilón. Aquel sitió nos encantó.


Con los estómagos llenos nos dirigimos a los coches. Teníamos que cogerlos para ir hasta el lugar donde iniciaríamos la ruta. El área donde se encuentra el Restaurante la Isla. Un lugar encantador, escondido en plena naturaleza.


 Teníamos muy claro donde tomar nuestra foto de inicio de ruta. El puente unía el aparcamiento y el restaurante nos sirvió.


Comenzamos nuestro camino,junto al río Lozoya o de la Angostura. Advertí que fueran preparando móviles y cámaras. Nos acercábamos a la cascada artificial que se crea en la presa del Pradillo.



Todos querían una foto en el lugar, hasta a mi una vez más me sorprendió su belleza. Estaba en su apogeo, un autentico espectáculo. nadie perdió la oportunidad.













Subimos a la presa. Una vez más me sorprendió, que bonita estaba. El grupo no pudo resistirse en sacar  fotos del entorno.



Continuamos la marcha, el río nos acompaño durante un largo tiempo. El sonido del agua, los pájaros, inundaban el sonido del lugar. La senda que seguíamos estaba muy bien, era amplia y perderse era imposible.







La fuerza con la que bajaba el agua nos sorprendía y maravillaba. El deshielo de Peñalara estaba cumpliendo su función a la perfección




Llegamos al puente más famoso y antiguo de nuestra sierra. El famoso puente de la Angostura. Se trata de un puente de piedra que a servido a muchos para cruzar el río rumbo para ir a venerar al Tejo milenario.




 Cogimos una nueva senda, muy amplia y con una tendencia ascendente. aquel camino con historia había servido a muchos antes para visitar y venerar al árbol más longevo del lugar.


 





 Giramos a la izquierda. Solo el arroyo Valhondillo nos separaba del Tejo Milenario. Buscamos la forma de cruzar lo pero el agua bajaba con tanta fuerza que temimos intentarlo por el único paso claro que había, un tronco estrecho y resbaladizo. Ante aquello decidimos parar, comer y luego ya veríamos.





Acabamos de comer y intentamos encontrar un sitio para cruzar el río para ver el Tejo desde cerca pero fue imposible. Nos conformamos con verlo de lejos. Ante nuestras miradas se  encontraba el Tejo Milenario y ninguno dudo en hacer una foto de aquel histórico árbol.

Regresamos, por la senda que minutos antes habíamos venido, Disfrutamos una vez más de los paisaje y el entorno, Antes de llegar al puente de la Angostura cogimos una pequeña senda que minutos después se convertiría en un amplio sendero que nos llevaría por el otro lado de del río.







Llegamos a la presa. Las vistas que dejábamos atrás eran preciosas, no pudimos resistirnos y todos posamos para llevarnos un recuerdo de aquel paisaje que a muchos nos recordaba a Canadá, Suiza,,,








Llegamos al Restaurante la Isla y nos sentamos a celebrar el final de esta preciosa ruta, Todos habíamos disfrutado de un día maravilloso y una ruta preciosa.


 Una vez más podíamos gritar:

¡¡¡RUTA SUPERADA!!!


Escrito por: Miguel@Villasante