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Bola del Mundo la penultima del año.

Se apaga el año 2019 y en el penúltimo suspiro del año los valientes ruteros de Abantos decidieron realizar una pequeña pero hermosa ruta a las Guarramillas o como todos conocemos como la Bola del Mundo. En esta ocasión la ruta se programo para el lunes 30 y muchos eran los que trabajaban y no pudieron acudir a la cita.
Llegamos a las nueve de la mañana al Puerto de Navacerra. El parking no estaba abarrotado de coches y el numero de gente por la zona no era excesivo.Desayunamos para coger fuerzas y ponernos al día con el tema de las Navidades.
Iniciamos la marcha por la ya conocida pista de cemento que pasa cerca del edificio de la Cruz Roja. Nuestro camino de ascenso no seguiría el trazado de cemento por donde antaño paso la Vuelta Ciclista, nosotros cruzamos la valla y continuamos por la pista de tierra.
Elegimos aquel lugar para realizar la foto de inicio de ruta y alguna otra . Desde aquel punto podíamos identificar lugares que en otras ocasiones habíamos visitado.

Ascendimos tranquilamente por la pista hablando sobre aventuras anteriores, las navidades y otros temas. Realizamos alguna parada para tomar aire y disfrutar de las hermosas vistas que el día despejado nos ofrecía.
Llegados a la cota 1960m en lo que se conoce como el Hombro de los Emburrideros realizamos una parada para disfrutar del paisaje, beber agua y quitarnos ropa. El camino que teníamos por delante era empedrado y empinado.

Iniciamos el camino que nos llevaría hasta la pista de cemento, ultimo tramite hasta llegar a nuestro objetivo. Paradas continuas para disfrutar de las vistas y como no tomar un poco de aire. Cada vez estaba más cerca nuestra meta principal.
Desde aquel punto veíamos nuestro objetivo, la Bola del Mundo, que aunque parecía estar cerca aun quedaba un largo camino.Disfrutar de aquellos paisajes no tenía precio.

Llegamos a la pista, ahora el camino aunque más liso era duro por la inclinación del terreno pero las paradas con miradores incluidos daban un aire de aliento a nuestro pequeño grupo. 
Llegamos a la zona donde llega el telesilla, pero antes de visitarlo y ver si el bar estaba abierto contemplamos a la majestuosa Peñalara y trazamos con la vista una de las rutas que semanas antes realizamos por aquel hermosos lugar. ¡Mirar Segovia!
Sí, antes de llegar a la Bola donde el telesilla deja a los no tan intrépidos montañeros hay un bar. Como nos imaginamos estaba cerrado.Unas fotos en el telesilla...

Una visita obligada estando en el lugar es a la Virgen de las Nieves. Accedimos al lugar y le pedimos nuestros mejores deseos montañeros para el futuro 2020.
Continuamos el camino a nuestra meta del día. la nieve se interpuso en nuestro camino y no pudimos evitar el toquetearla jugar con ella y realizar alguna foto en el lugar.
Llegados a la Bola del Mundo disfrutamos no solo de las majestuosas construcciones sino de los paisajes que desde aquel lugar se podían contemplar.
Elegido el lugar para comer con unas magnificas vistas a la Maliciosa, la Pedriza, el embalse de  Santillana en Manzanares el Real, la Pedriza con el Yelmo y a la derecha el embalse de Navacerrada ... Todo acompañado con un cielo azul despejado, ayudaba aun más a disfrutar del momento y del lugar.
Iniciamos el duro camino de regreso. No por el terreno que era favorablemente descendente, no. Nadie quería abandonar aquel hermoso lugar. 
El camino de vuelta tranquilamente lo realizamos por la pista de cemento. Paramos algún vez para disfrutar de las vistas. 
Llegados al Puerto de Navacerrada disfrutamos de nuestro fin de ruta brindando por otro ruta conseguida

Podíamos decir aquello de:




La belleza de la cima y el encanto del valle.

El Puerto de Navacerrada nos acogió con gran vibración No era un día cualquiera era un sábado y sabíamos de sobra que estaría lleno de turismo de ruta sencilla y locos de la Montaña. Nosotros solo estábamos de paso disfrutando de un desayuno en compañía y luego ya nos iríamos al lugar donde iniciaríamos nuestra caminata.
Pasadas las Siete Revueltas un puente con historia y una preciosa fuente, la cual suele estar repleta de agua, eran el lugar elegido para iniciar nuestro camino. El Puente de la Cantina famoso en la zona nos sirvió como punto de partida.
Iniciamos nuestro camino por un amplio sendero que arrancaba por la izquierda de la fuente. La tradición de Abantos de realizar una foto de inicio de ruta se llevo a cabo rápidamente.
 El sol y las nubes parecían no llevarse muy bien aquella mañana pero nos encanto que en los primeros momentos de no disfrutar de la fuerza del sol nos alegro.

Caminamos largo trecho por una pista , todos sabíamos que serian muchas horas de continuo ascenso pero también sabíamos que los paisajes serian cada vez más hermosos. Las vistas eran preciosas y las nubes seguían aliándose para nosotros.
El cansancio aun no se había adueñado de nosotros pero realzábamos paradas para reagruparnos, descansar y sacar fotografías de los hermosos paisajes.
Parada para realizar la foto con la bandera y disfrutar de los paisajes.


Llegamos hasta el Refugio del Gancho un lugar de preciosas vistas y en el cual nos sacamos unas cuantas fotos mientras descansamos para tomarnos un nuevo respiro. Aquel refugio era pequeño pero muy acogedor, senderistas o montañeros que lo habían visitado antes le habían dejado suministros leña...
Continuamos nuestro camino, el cielo estaba cabreado y todos observamos como una cortina de agua viajaba con rumbo fijo hacia nosotros, Nos colocamos los ponchos y sentimos el agua sobre nuestras cabezas.
Peñalara a lo lejos y Segovia un poco más en la distancia eran nuestros paisajes más hermosos. Llegamos a Peña Citores (2181m) el lugar más alto del día. a partir de hay todo era ya bajar. Paramos unos segundos unas fotos y continuamos la marcha bajo la lluvia del momento.
El camino de descenso apareció de inmediato. Restos de la Guerra Civil fueron surgiendo mientras caminamos velozmente. Trincheras, fortificaciones del Batallón Alpino daban color al descenso. El sol apareció para recordarnos que seguía dominando el cielo.

Cogimos la senda que nos llevaría hasta el Puerto de Cotos, esa senda que los militares del Batallón Alpino usaron para transportar víveres y armas. Las vistas habían cambiado y eran igual de bonitas que las de horas anteriores.
Parada para comer y retomar fuerzas, el camino había sido duro y largo.
Cotos nos recibió alegremente, eran numerosos las personas que había en el lugar. Nosotros seguimos nuestro camino sin mirar atrás.
Descendimos entre pinos y arroyos por el antigua camino viejo del Paular. Los paisajes habían cambiado en nuestras paradas realizamos muchas fotos del lugar.`
Veíamos ya el puente ya estábamos muy cerca del coche. La ruta había sido dura pero preciosa en todos sus tramos.
Subimos hasta el Puerto de Navacerrada donde disfrutamos el grupo por a ver realizado otra ruta.

Ahora podíamos decir aquello de: