Alfonso, ese aprendiz a montañero ( como el dice...) Guio a nuestras compañeras, María Teresa y Sofia , por la ruta de la Cascada del Purgatorio.
Nuestros tres amigos comenzaron su camino, con el animo y frescura que nos da el misterioso destino a descubrir. El día era el ideal, ni frío ni calor.
El recorrido era agradable y con poca dificultad. La soledad era tal que solo la presencia de alguna vaquita llenaba el vacío del lugar. Las chicas como siempre marcaban el ritmo a Alfonso, que se rezagaba para sacar alguna que otra foto y tomar un poco de aire. María Teresa esta aprendiendo muy rápido y Sofia tampoco se quedaba atrás.
Solamente cuando llegaron al ultimo tramo, tuvieron que hacer un poco el cabra para llegar a su objetivo, aquella preciosa cascada!!!.
Foto aquí, foto acá. Caras de asombro. Aunque casi no tenia agua, por la época en la que nos encontrábamos. La cascada era de ensueño.
Antes de ponerse en marcha para regresar al coche una merendola en aquel bello paisaje era inevitable. Si hubiéramos preguntado, quien no quería volver a casa, la respuesta de los tres hubiera sido un, Yo!!! inacabable. Pero había que regresar
La naturaleza, aliándose con el atardecer dejo tonalidades de color tan maravillosas que nuestros tres amigos tardaran en olvidar. El regreso se hacia duro, porque ninguno de los tres quería volver a la realidad de la que horas antes habían logrado fugarse. " La bulliciosa Madrid"
Pero por lo menos Alfonso tenía que volver que el sábado siguiente tenía que llevarnos a Fuenfría...
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Este relato se a podido escribir gracias a el conjunto de sensaciones y descripciones que Maria Teresa y Sofia me han aportado. Gracias chicas!!!
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Fotos de: Alfonso
Relatado por Miguel Angel ( Mijael)
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