Nuestra aventura comenzó lejos de aquel lugar. Quedamos para desayunar en la espectacular pastelería Docma, en Becerril de la Sierra. Un lugar donde uno entra a desayunar y tiene claro que tomara un café, pero la duda es, qué bollo tomar. ¡
- ¡Uno de todos!
Llegamos al último aparcamiento de la Barranca, lugar donde nos esperaba otra parte del grupo. Abrazos, saludos, nos equipamos y nos pusimos en marcha. Lo primero a visitar era el precioso embalse del Pueblo de Navacerrada. Las últimas lluvias le habían dado una belleza mayor de la que suele tener.
Caminamos unos metros y visitamos la casa de los guías y el también precioso embalse del Ejército del Aire. El otoño se podía palpar en el paisaje.
Continuamos caminando por la pista, protegidos por los grandes pinares y la débil niebla que nos rodeaba. Vimos los restos del antiguo Parque de Aventura "Pino a Pino". Qué pena de negocio.
Nos desviamos por una estrecha senda que circulaba a la izquierda de la pista. Acabábamos de entrar en la preciosa senda Ortiz.
Caminar por aquel lugar era casi mágico, el otoño, la niebla, los pinos... Todo el conjunto le daba un toque de misterio, belleza, paz.
- ¡Mira un duende! "No, pero algún extraño hongo sí"
Nuestros compañeros perrunos también estaban disfrutando del paseo otoñal por aquella preciosa senda Ortiz.Llegamos al final de la preciosa senda, visitamos los restos del antiguo sanatorio y amagamos ver el horizonte acallado por la intensa niebla.
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