Las previsiones en San Lorenzo del Escorial eran prometedoras a partir de las 10:00, las tormentas se irían, los cielos empezarían a aclararse y la Dana nos daría una tregua.
Llegamos a las 9:40 y las tormentas eran el centro de atención de los cielos de nuestro punto de quedada. El agua caía incontroladamente. Aquello era el mismísimo infierno. A las 10:00 paro de llover y los dos únicos participantes que fuimos en coche decidimos ir caminando por el Parque del Príncipe hasta la estación donde otros dos participantes nos esperaban.
Los cuatro miembros de la aventura de la Silla de Felipe II nos pusimos en marcha por los jardines del Príncipe dirección al Monasterio del Escorial bajo la lluvia que dejaba como despedida la tormenta.
La ruta había comenzado, la foto de inicio en el patio del Monasterio del Escorial nos pareció ideal. Disfrutamos de las vistas que ofrecía aquel majestuoso lugar.
Las tormentas cesaron y el cielo parecía querer despejarse, nosotros continuamos nuestro paseo por los majestuosos jardines del palacio, descubriendo lugares con gran encanto.
Iniciamos la marcha en dirección a la Silla de Felipe II, el día se había calmado y era el momento de visitar aquellos lugares que estaban programados.
En nuestro camino a la misteriosa silla, descubrimos preciosos paisajes que parecían ser de otros lugares de España, visitamos la Cueva del Oso y nos atrevimos a visitar el majestuoso mirador de madera desde el cual las vistas del Monte Abantos, San Lorenzo del Escorial, el Monasterio, la sierra...
Celebramos nuestro final de ruta como dicta la tradición, con un brindis sentados en una terraza en Dan Lorenzo del Escorial.
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